
Si vamos más allá, encontraremos que el quipu puede considerarse como un sistema de notación tridimensional en el que un conjunto de marcas o huellas ordenadas, permite preservar y transferir un conocimiento o hecho a lo largo de varias generaciones; de esta manera, cada nudo, color y torsión servía paralelamente para enriquecer la cultura de más de 12 millones de habitantes. Cabe destacar que los quipus estaban presentes en todo el imperio inca y en cada ciudad había una persona encargada, quipucamayoc, de fabricarlos con un mensaje determinado para que en la ciudad de destino del mensaje otra persona lo interpretara y divulgara la información.